La estimulación temprana (ET) es un conjunto de actividades dirigidas a niños a partir de su nacimiento, su objetivo es favorecer el máximo desarrollo de sus facultades físicas, cognitivas y sociales. La estimulación va a permitir poder intervenir sobre las posibles secuelas incluso antes de que sean clínicamente evidentes. De ahí viene su gran importancia en el desarrollo de los bebés prematuros.
Uno de los primeros objetivos es lograr el control cefálico (capacidad de levantar y sostener la cabeza en línea media en las distintas posiciones o posturas básicas).
Generalmente, cuando el niño tiene una edad corregida de 3 meses, ya es capaz de mantener la cabeza durante bastante tiempo tumbado boca abajo. Una vez que se logra el control cefálico, se le ofrecen juegos cognitivos y gestuales en el suelo (tumbado boca abajo) como por ejemplo: